“La Muerte de la Virgen”
Autor: Caravaggio
Ubicación: Museo del Louvre
Fecha de creación: 1604–1606
Técnica:
Pintura al óleo
Tamaño: 369 cm ×
245 cm
Período: Barroco
Género: Arte cristiano
La muerte de la Virgen para mi es una de las mejores obras
del maestro Caravaggio y un icono dentro de la historia del Arte , que tuve la fortuna de poder verla personalmente.
La obra, también conocida por la Dormición o el
Descendimiento, fue la última realizada por Caravaggio antes de tener que huir
de Roma acusado de homicidio en 1606.
El cuadro fue encargado por Laerzio Cherubini (abogado del
Papa Paulo V) en 1601 para su propia capilla situada en la iglesia romana de
Santa María della Scala, de las Carmelitas Descalzas. El tema debía representar
un Transitus (un tránsito) de la Virgen; pero fue duramente criticada y
rechazada por falta de decoro y tildada de irrespetuosa e incluso herética y el
abogado del Papa desestimó de inmediato el encargo. En la Iglesia estaban
ofendidos por el tratamiento de la historia sagrada.
Caravaggio representa a la Virgen rodeada de apóstoles con
la presencia de María Magdalena y un virtuoso telón de fondo que marca la
escena. En esta obra, el pintor sigue manteniendo esa predilección por los
tipos populares que tanto le caracterizó. Los apóstoles son hombres vulgares, hasta
indigentes y pordioseros, extraídos de un entorno callejero, que exteriorizan
su dolor. Están realmente apenados, afectados, a pesar de que alguno se muestra
indiferente, en lo que constituye uno los ejemplos más claros de la
representación de la emoción humana.
En efecto, el pintor fue bastante crudo en sus
planteamientos al presentar la figura de la Virgen demasiado humana, de aspecto
pobre, con los pies y el vientre hinchados. Parece realmente muerta. La leyenda
cuenta que utilizó como modelo a una prostituta ahogada en el río Tíber, otros
aseguran que la modelo no solo era prostituta sino que estaba embarazada e
incluso que podía tratarse del retrato de Lena, prostituta y amante del artista.
De ahí se desprenden el fuerte rechazo a la obra.
No obstante, Caravaggio no faltó a la normativa religiosa
que consideraba a María Inmaculada y por tanto, como Cristo, murió resucitando
luego para subir al cielo. Pero, en el lienzo, ni Jesucristo ni ningún coro de
ángeles esperan a la Virgen en su asunción. Es más, el cuerpo de María es un
cuerpo sin perspectiva de resurrección ni rastro de vida. Esta manera de
representación tan realista puede obedecer a las ideas surgidas de la
Contrarreforma, tal y como la entendían Felipe Neri, Carlos Borromeo que
pretendían que fuese tratada más como una mujer de pueblo. Es decir, la
Contarreforma les pide a los artistas de la Iglesia que humanicen a los
personajes santos para que los fieles se acerquen nuevamente a sus creencias
originales y no se vuelquen a Protestantismo. En el caso de Caravaggio, el
realismo de los santos era tal que hasta la misma Iglesia condenó algunas de
sus obras.
Las figuras quedan situadas sobre una semioscuridad, donde
la luz fuerte recae en la imagen de María, hecho que se ha relacionado con su
carácter divino, quizás la señal luminosa del propio tránsito.
A pesar del rechazo por parte de los frailes, tuvo un
defensor excepcional en Rubens, quien aconsejó a su protector, el duque de
Mantua, Vicenzo Gonzaga, gran coleccionista y mecenas, para que comprara la pintura.
Un asunto no resuelto todavía por la crítica es el
lapso que media entre el encargo de la obra, en 1601, y su inicio hacia 1603 ó 1604.
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